La gran comisión

Fanny RodríguezEn días pasados, estaba con deseos de ver una película y cambiando de canal, me encontré con una historia muy bonita que me ministró. El personaje principal un estudiante de sexto grado al que el profesor de Estudios Sociales les asignó buscar una manera en que ellos podían aportar a la humanidad en alguna manera.
Este niño no esperó sino ese mismo día invitó a un indigente a su casa (su mamá estaba trabajando) le dio de comer y lo organizó para que pasara la noche en el garaje. La mamá que era alcohólica llegó del trabajo, bebió y se durmió.
Al día siguiente al levantarse la mamá se encontró con el hombre, se asustó, lo gritó y hecho de la casa. El niño no tuvo chance de explicarle; solo le dijo que era parte de una tarea de la escuela y se marchó enojado. En la escuela los niños explicaron sus ideas de cómo reciclar y otras actividades que ayudarían al medio ambiente. Pero este niño hizo un esquema en el que representaba una pirámide de personas, el en la punta tres personas debajo de el y otras tres personas debajo de cada una (9 personas), y otras tres debajo de estas y así sucesivamente. Explicando que si el lograba ayudar a tres personas a restaurar su vida y esas a su vez otras tres etc. entonces el mundo sería transformado. El profesor le dijo que era una buena idea pero solo una utopía. Mientras tanto la mamá se dirigía a la escuela enojada con el maestro que no sabia lo que el estudiante había hecho.
El niño sigue persistiendo en ayudar y logra su objetivo con perseverancia y valor a costa de un gran precio. La película se llama ‘Pay forward’ págale a otro, no te doy más detalles por si la quieres ver. Pero mientras escuchaba la sabiduría de este pequeño y la seriedad con que tomó esta misión de ayudar a la humanidad, pensaba en nosotros, todos los que hemos recibido el regalo maravilloso de la salvación. Nosotros si que podemos transformar el mundo por que nos movemos, hablamos y ayudamos en el poder del Espíritu Santo, que es como dinamita. No será, que no se nos ha alumbrado el entendimiento y estamos tan ocupados en las actividades cotidianas que nos hemos olvidado del mandato del Señor y pensamos que con ir a la iglesia y hacer unos cuantos ejercicios religiosos, es suficiente? La oración, el congregarnos, el estudiar la palabra, buscar santidad y todas las disciplinas espirituales son importantes; pero el mandato importante es ”Hacer discípulos…” Cuando fue la ultima vez que le hablaste del Señor y su amor a una persona y la invitaste a la iglesia, la célula, un retiro, etc.
Padre Celestial ayúdame a organizar mis prioridades, de tal manera que aproveche el tiempo para ayudar a transformar este mundo. No quiero estar quejándome de la situación que estamos viviendo, sino considerar: ¿que estoy yo haciendo para traer tu reino? Dame sabiduría, discernimiento y denuedo para acercarme a personas necesitadas de un encuentro con el Señor. Ayúdame a sembrar tu palabra sabiendo que aunque la persona no te acepte en ese momento, la semilla quedará sembrada. Gracias por tu amor y tus bendiciones, en el nombre de Jesús. Amén.