Revolucionarios

Milagros García KlibanskyHace pocos días un cartel captó mi atención. Decía: "Ser revolucionario es defender los valores en lo que se cree a cualquier precio". ¡Acabo de darme cuenta de que soy revolucionaria!
Sí, soy una revolucionaria, porque yo defiendo mis valores aun a costa de mis propios beneficios. Yo defiendo el vivir en este mundo con los principios cristianos. Me niego a aceptar que dos personas del mismo sexo tengan relaciones sexuales, mucho menos que lo hagan públicamente. Reprendo cuando se blasfema en mi presencia. Enfrento al que maltrate delante de mí a un desvalido. No admito el robo. Para mi el adulterio es un problema de indecisión e inseguridad, quien hace eso no tienen convicciones ni criterio. Tengo que controlar mi intolerancia ante el abuso de poder. Me es imposible quedar callada ante la mentira. No sé manejar la hipocresía. Me cuesta darme un lujo cuando sé que otros tienen necesidades.
Sé que nuestra vida no es fácil, pero eso no justifica hacer lo mal hecho para tratar de hacerla más llevadera. Quiero poner mi cabeza de noche en la almohada con la paz que Dios da. Y por último, no cambio mi relación con Él por nada que este mundo pueda ofrecerme. Toda la riqueza material queda opacada cuando pienso que puedo caer en el enfriamiento de mi espíritu.
Dime, ¿te consideras tú también un “revolucionario”?
Entonces, estás en capacidad de cambiar el mundo.