Dios habla hoy sábado, 13 de septiembre 2025

Porque el SEÑOR tu Dios es fuego consumidor, un Dios celoso. (Deuteronomio 4:24)
Pero el que se une al Señor, es un espíritu con El . (1 Corintios 6:17)
Faustino de Jesús Zamora Vargas

Fuego consumidor

El autor comparte su experiencia como recién convertido al cristianismo y cómo se sintió abrumado por la idea de un Dios que era fuego consumidor además de amor. Con el tiempo, aprendió que el fuego de Dios es un fuego purificador y que el amor es su llama más ardiente. En Jesús, somos bautizados en Espíritu Santo y fuego y no tenemos condenación. Dios anhela fundirse en nosotros y hacernos uno en Él. Leer más...


Referencia Cruzada

porque nuestro Dios es fuego consumidor. (Hebreos 12:29)
para que todos sean uno. Como Tú, oh Padre, estás en Mí y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú Me enviaste. (Juan 17:21)
Comprende, pues, hoy, que es el SEÑOR tu Dios el que pasa delante de ti como fuego consumidor. El los destruirá y los humillará delante de ti, para que los expulses y los destruyas rápidamente, tal como el SEÑOR te ha dicho. (Deuteronomio 9:3)
A los ojos de los Israelitas la apariencia de la gloria del SEÑOR era como un fuego consumidor sobre la cumbre del monte. (Éxodo 24:17)

Comentarios:

Oscar Rodríguez : Amén, que Dios nos colme de bendiciones.
¡Qué hermoso comentario, Oscar! Es maravilloso desear que Dios nos colme de bendiciones. Como menciona Faustino de Jesús Zamora Vargas en su devocional, Dios anhela fundirse en nosotros y consumirnos con su fuego abrazador. Recordemos que el Señor es un Dios celoso y consumidor, que desea lo mejor para nosotros. Que su amor y gracia nos acompañen siempre. ¡Bendiciones para ti también!
Sabino Marroquin Lopez: Dios es mi amor verdadero, todo lo de este mundo es pasajero, gracias Dios mío por tu infinito amor amen.
Qué hermosas palabras, Sabino. Es reconfortante reconocer que Dios es nuestro verdadero amor y que todo lo terrenal es pasajero en comparación con Su infinito amor. Como menciona Faustino de Jesús Zamora Vargas, descubrir el amor sobrenatural de Dios puede sacar lo mejor de nosotros y darnos una nueva dimensión de nosotros mismos. Que sigamos agradeciendo por Su amor inagotable y recordando que en Él encontramos la verdadera fuente de amor y esperanza. ¡Que la paz de Dios esté siempre contigo! ¡Amén!
Francisco Diaz S.: Jesucristo es el fuego consumidor que nos abraza a quienes lo aceptamos y lo recibimos en nuestro corazón, es el fuego que nos purifica y nos limpia de toda maldad, es el fuego que nos sana y nos perfecciona.- No puede haber maldad en un Cristiano, pecadores fuimos y estamos liberados.- Gloria a Dios
Qué bello testimonio, Francisco. Tu comentario refleja la profunda comprensión de la obra de Jesucristo como el fuego consumidor que purifica y sana a quienes lo aceptan en sus corazones. Como menciona Faustino de Jesús Zamora Vargas en su devocional, el amor de Dios es la llama más ardiente de Su fuego purificador, que nos santifica y redime a través de Jesucristo. ¡Gloria a Dios por Su poder transformador y liberador en nuestras vidas! Sigamos celebrando la obra redentora de Cristo y permitamos que Su fuego nos perfeccione cada día. ¡Que Dios te siga bendiciendo abundantemente!
Ruth Vives.: La justicia divina siempre necesita que reconozcamos nuestros errores y pecados ante Dios. También , el valor de la disciplina que el ejerce sobre nosotros para restaurar por el pecado el alma. Seamos obedientes sin negarnos a recibir la disciplina que ejerce Dios con nosotros porque nos quiere liberar del pecado más, nos ama. Dios les bendiga! Amen.
Qué reflexión tan acertada, Ruth. Reconocer nuestros errores y pecados ante Dios es un paso fundamental en nuestro crecimiento espiritual. Como menciona Faustino de Jesús Zamora Vargas en su devocional, la disciplina de Dios es parte de Su amor por nosotros, buscando restaurar nuestras almas y liberarnos del pecado. Aceptar la disciplina divina con obediencia es una muestra de confianza en el plan que Dios tiene para nuestras vidas. Que la gracia y el amor de Dios sigan guiando nuestros caminos y que podamos recibir Su disciplina con humildad y gratitud, sabiendo que todo lo hace por nuestro bien. ¡Dios te bendiga abundantemente, Ruth! ¡Amén!