Dios habla hoy sábado, 7 de junio 2025

Los ojos altivos y el corazón arrogante, Y la lámpara de los impíos son pecado. (Proverbios 21:4)
Les ruego, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos se pongan de acuerdo (que hablen lo mismo), y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén enteramente unidos en un mismo sentir (de una misma mente) y en un mismo parecer. (1 Corintios 1:10)
Faustino de Jesús Zamora Vargas

El cuerpo de Cristo somos todos

La misión de la iglesia es trabajar con Dios para transformar vidas en Cristo y extender el Reino. Sin embargo, a veces las interpretaciones personales o denominacionales del evangelio se convierten en frenos y obstáculos para cumplir esta misión. Las diferencias y las disensiones entre los cristianos quiebran las virtudes del Evangelio, que anuncia la reconciliación. Debemos vivir decentemente, sin envidias ni rivalidades, considerando al otro como más importante que a nosotros mismos. Todos los que trabajan en el nombre de Cristo por la extensión del Reino están en el mismo equipo. Necesitamos crecer en Cristo, mirar su estatura y desear llegar hasta Él en santidad. Para saborear la miel de la victoria en Cristo, todos debemos subirnos al mismo tren: el de la unidad, la piedad, el amor al prójimo, el conocimiento del Señor, la tolerancia y el respeto mutuos y el sometimiento al otro en el amor. La verdad absoluta es Cristo y todos somos un solo cuerpo. Leer más...


Referencia Cruzada

Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto y compasión, (Filipenses 2:1)
Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego que ustedes vivan (anden) de una manera digna de la vocación con que han sido llamados. (Efesios 4:1)
Solamente compórtense de una manera digna del evangelio de Cristo, de modo que ya sea que vaya a verlos, o que permanezca ausente, pueda oír que ustedes están firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio. (Filipenses 1:27)
Por lo demás, hermanos, regocíjense, sean perfectos, confórtense, sean de un mismo sentir, vivan en paz, y el Dios de amor y paz estará con ustedes. (2 Corintios 13:11)

Comentarios:

Ernst Diehl: En un mundo que venera el ajetreo, Proverbios 21:4 cae como un balde de agua helada. Nos enseñan que la ambición es una virtud, que una imagen sólida de uno mismo es esencial y que el trabajo duro es el camino hacia la rectitud. Entonces, este antiguo versículo interrumpe la discusión: «Altivez de ojos, corazón orgulloso y el arado de los impíos son pecado». Esta última frase, ya sea traducida como «arar» o como «la lámpara» de los impíos, es donde el versículo expresa su verdad más profunda e incómoda. Si lo leemos como «arar», el versículo es una crítica directa a nuestra ética laboral moderna cuando se separa de la humildad. El proverbio dice que, para una persona cuya vida se define por la arrogancia (la «altivez de ojos» y el «corazón orgulloso»), incluso su trabajo más básico y productivo —su «arado», su plan de negocios, su proyecto innovador— es fundamentalmente pecado. ¿Por qué? Porque toda la empresa es un monumento al yo. El objetivo no es el servicio ni la creación; es la glorificación del ego. Nos dice que no se puede santificar una motivación corrupta con trabajo duro. Si lo interpretamos como "lámpara", la crítica se vuelve aún más íntima. La lámpara simboliza la fuerza vital, la luz que guía o la conciencia. El proverbio declara entonces que precisamente aquello que la persona orgullosa ve como su brillantez, su estrella guía, su luz interior, es en realidad un faro de pecado. Su "iluminación" es la oscuridad. Su conciencia no está calibrada para Dios ni para los demás, sino para las constantes y ansiosas exigencias de su propio orgullo. Lo que hace que este versículo sea tan potente es que no solo condena una acción; diagnostica una condición. Describe a una persona cuyo sistema operativo está corrupto. Para los orgullosos, el pecado no es solo un fallo en el sistema; es el sistema. Esta es una reflexión aleccionadora en nuestra era de marca personal y éxito controlado. El versículo nos obliga a plantearnos una pregunta difícil: ¿Qué alimenta nuestra ambición? ¿Estamos "arando" para construir algo para el bien de los demás y la gloria de Dios, o simplemente estamos construyendo un pedestal más alto para nosotros mismos? ¿Es nuestra "lámpara" una luz que sirve e ilumina, o es un foco que siempre está fijo en nuestro rostro? Proverbios 21:4 nos recuerda que la postura del corazón es lo que da a todas nuestras acciones su peso moral. No se puede superar un corazón orgulloso con trabajo; solo se puede humillar.
Es realmente conmovedor reflexionar sobre el versículo de Proverbios 21:4 en el contexto de nuestro mundo moderno, donde la ambición y la autoimagen suelen exaltarse. El comentarista Ernst Diehl destaca con gran maestría la importancia de la humildad en nuestros esfuerzos, recordándonos que incluso nuestro trabajo más productivo puede verse contaminado si se ve impulsado por el orgullo y la autoglorificación. Como lo expresa elocuentemente Diehl: «No se puede santificar una motivación corrupta con trabajo duro». Este sentimiento resuena con el devocional de Faustino de Jesús Zamora Vargas, quien enfatiza los peligros del orgullo y el egoísmo entre los cristianos. Advierte contra permitir que las interpretaciones personales y las diferencias denominacionales obstaculicen el objetivo final de difundir el mensaje del amor y la redención de Dios. Como Zamora Vargas afirma conmovedoramente: «Las disensiones entre los cristianos que han dado testimonio del amor de Cristo... quebrantan y empañan las virtudes del Evangelio». Tanto Diehl como Zamora Vargas nos llaman a examinar los motivos de nuestras acciones, instándonos a cultivar la humildad y un sincero deseo de servir a los demás en lugar de buscar la gloria personal. Es un profundo recordatorio para alinear nuestros corazones con la voluntad de Dios y trabajar por la unidad en la fe y el propósito.
John Williams: Muchas gracias por los devocionales diarios
¡Qué hermoso es expresar gratitud por los devocionales que nos nutren espiritualmente! Es importante reconocer el valor de reflexionar sobre la Palabra de Dios a través de autores como Faustino de Jesús Zamora Vargas y otros comentaristas. Al igual que el autor John Williams, es fundamental agradecer por las enseñanzas que nos acercan a Dios y nos guían en nuestro caminar de fe. ¡Que estas reflexiones continúen inspirando tu corazón y fortaleciendo tu relación con el Señor! ¡Bendiciones!
Oscar Rodríguez : Amén, que Dios nos guíe a una sola enseñanza religiosa.
Es poderoso cuando reconocemos la importancia de la unidad en la enseñanza religiosa, como menciona el autor Oscar Rodríguez. La oración por ser guiados hacia una misma verdad y comprensión espiritual es clave para mantener la armonía y cohesión entre los creyentes. Faustino de Jesús Zamora Vargas también destaca la necesidad de superar las divisiones y diferencias entre los cristianos para enfocarnos en proclamar el mensaje de Dios con unidad y amor. Que la guía divina nos conduzca a la concordia y al entendimiento mutuo en nuestra fe. ¡Que el Señor nos bendiga en este camino de unidad y amor fraternal!
Francisco Diaz S.: “No hagan nada por egoísmo (rivalidad) o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo. (Fil 2:3) Me llena este envangelio.- Admiremos a los demás por sus cualidades, no los critiquemos por sus defectos tratemos de encaminarlos por el buen camino
Es inspirador ver cómo el autor Francisco Díaz S. destaca la importancia de la humildad y el respeto mutuo en su comentario sobre Filipenses 2:3. Este versículo nos invita a considerar a los demás como más importantes que nosotros mismos, fomentando la admiración por las virtudes de otros y evitando la crítica desconstructiva. Faustino de Jesús Zamora Vargas también enfatiza la necesidad de vivir en armonía y unidad, evitando las divisiones y promoviendo la colaboración en la difusión del mensaje de Dios. Al unir estas reflexiones, vemos un llamado a practicar la humildad, el respeto y la consideración hacia nuestros hermanos en la fe. Que cada uno de nosotros pueda seguir este ejemplo, valorando las cualidades de los demás y guiándolos con amor y compasión en el camino del bien. ¡Que el espíritu de humildad y amor al prójimo nos guíe en todo momento! ¡Dios te bendiga, hermano Francisco!
Sabino Marroquin Lopez: Dios es mi infinito amor verdadero amen.
Qué hermoso es proclamar la infinita bondad y amor de Dios, como lo expresa Sabino Marroquín López. Su declaración de fe en el amor divino nos recuerda la grandeza y la constancia del Señor en nuestras vidas. Faustino de Jesús Zamora Vargas también nos invita a reflejar ese amor de Dios en nuestras acciones diarias, buscando la unidad y la colaboración en la extensión de su Reino. Que la certeza del amor infinito de Dios nos llene de paz y esperanza, inspirándonos a seguir su ejemplo de amor incondicional hacia los demás. Que cada paso que demos refleje ese amor verdadero y que podamos unirnos en una misma fe en torno a la grandeza de nuestro Creador. ¡Que el amor de Dios siga guiando nuestros corazones y fortaleciendo nuestra comunión en la fe! ¡Dios te bendiga, hermano Sabino!
Rodolfo Manuel Quirós Ramirez : Que gran enseñanza me han regalado estos devocionales, está semana me han llenado espiritualmente. Una gran enseñanza para compartirla en cada congregación, dónde se predique, el evangelio del Señor Jesús. Bendiciones para todos los hermanos.
Es maravilloso ver cómo los devocionales han sido una fuente de enriquecimiento espiritual para Rodolfo Manuel Quirós Ramírez. Su disposición para compartir estas enseñanzas en cada congregación donde se predique el evangelio del Señor Jesús es un gesto valioso de difusión y unidad en la fe. Faustino de Jesús Zamora Vargas nos recuerda la importancia de proclamar el mensaje de Dios con humildad y amor, buscando la unidad en la comunidad cristiana. Que estas enseñanzas continúen inspirando y fortaleciendo tu fe, Rodolfo. Que al compartirlas con otros hermanos, se multiplique el impacto positivo en sus vidas. ¡Que el Señor siga bendiciendo tu camino y el de todos los que comparten esta hermosa misión de difundir su amor y su Palabra! ¡Bendiciones para ti y para todos los hermanos en la fe!