Romanos 8:12

(Audio: Español)

RESUMEN: En Romanos 8, el Apóstol Pablo escribió una carta teológica a los cristianos en Roma para instruirlos en la fe y la creencia cristiana. El capítulo 8 habla sobre vivir en el espíritu y no en la carne. Los que viven en el espíritu ponen su prioridad en las cosas eternas y tienen su mente puesta en la eternidad. El mayor beneficio que tiene un hijo de Dios es la vida eterna y la salvación de su alma. Como consecuencia de eso, no se les debe nada a la carne, ya que la carne conduce a la muerte. Todos los que son guiados por el espíritu de Dios son hijos de Dios y son herederos de Dios y coherederos con Cristo. La carne lleva a la muerte, pero el espíritu da vida.

Ser hijos de Dios significa haber aceptado a Jesús como nuestro salvador y haber sido adoptados por Dios. Como hijos adoptados, pasamos de ser esclavos del pecado y del diablo a tener la libertad y los derechos de un hijo de Dios. El Espíritu Santo da testimonio de nuestra adopción y nos hace herederos de Dios y coherederos con Cristo. Debemos mantenernos tiernos y escuchar las emanaciones del Espíritu en nuestra vida. La palabra "aba" significa "papi" en hebreo y es una expresión dulce y cercana para referirse a Dios como nuestro Padre.

El Apóstol Pablo habla en Romanos 8:12-17 sobre cómo somos hijos de Dios y coherederos con Cristo si padecemos juntamente con él. Esto significa que la vida cristiana no es solo gloria y gozo, sino que también hay dificultades y pruebas que debemos enfrentar. Sin embargo, si aceptamos estos padecimientos con gozo y obediencia, un día seremos glorificados y levantados con Cristo. Debemos recordar que Dios es nuestro Padre y podemos acercarnos a él con confianza y decirle "papi". Si alguien no está seguro de su relación con Cristo, puede rectificar esa situación y recibirlo como su salvador y Señor. Ser adoptado como hijo de Dios es una condición legítima y nos asegura una herencia en el Reino de Dios.

Capítulo 8, Romanos Capítulo 8, la Epístola, recuerdan la carta a los romanos. Creo que era a los hermanos de las 12 que les decía, para beneficio de aquellos que están comenzando en la fe, comenzando en los caminos del Señor, que a veces no conocen todo el lenguaje bíblico. Cuando hablamos de la carta a los romanos, estamos hablando de un tratado, un trabajo teológico que hizo uno de los Apóstoles para iluminar y para instruir a una congregación o un grupo de cristianos en una ciudad específica.

En este caso el Apóstol Pablo escribió un tratado, un escrito a Roma, a los cristianos en Roma, una gran, gran ciudad evidentemente casi una nación, la capital del Imperio Romano. Había cristianos allí ya para ese entonces y Pablo les escribe una carta para instruirlos en las cosas de la fe y los asuntos de la creencia cristiana.