Abrazando el trabajo como un camino de discipulado

Ernst DiehlAl comenzar, cuando Dios se presenta a nosotros, se reveló como un trabajador. Esto puede resultar sorprendente, ya que a menudo asociamos a Dios con grandeza y majestuosidad. Sin embargo, las primeras páginas de la Biblia nos muestran que Dios no teme remangarse y participar en el acto de la creación. Moldeó la tierra, habló y dio existencia a galaxias, e invitó a la humanidad a participar en el proceso creativo. La revelación inicial de Dios nos enseña que el trabajo y el servicio tienen un gran valor a sus ojos.
Reflexionando sobre nuestra propia actitud hacia el trabajo, es posible que nos encontremos en diferentes posiciones. Algunos de nosotros simplemente nos las arreglamos para sobrevivir, esperando que nuestro trabajo soñado se materialice, mientras que otros están escalando la escalera corporativa o anticipando ansiosamente la jubilación. A veces, el trabajo puede parecer monótono y agotador, como una tarea que nos agota la vida.