Antes que haya un nosotros, hay un yo (parte 1)
Lilian Gutierrez
(Audio: Español, Inglés) ->Original
RESUMEN: La vida soltera todavía es un asunto en la sociedad actual. El mundo se enfoca en las relaciones y a menudo se tiene un problema con las personas solteras. Sin embargo, la vida soltera es aceptable y digna según las Escrituras. Se debe cuidar de uno mismo y dignificar el yo, y recordar que Jesucristo es el mejor compañero y esposo que se pueda tener. Algunas personas caen en el pensamiento de arca, que se enfoca en la familia y el matrimonio, y se debe recordar que la vida soltera es igualmente importante y satisfactoria. Buscar primero el reino de Dios y todas las demás cosas serán añadidas. Dios enviará a la persona adecuada en el momento adecuado.
En este discurso, la oradora habla sobre los sistemas de pensamiento que pueden limitar a las mujeres solteras en su vida. El primer sistema se llama "pensamiento de arca", que es cuando una mujer espera que su esposo perfecto llegue a su vida sin hacer nada al respecto. El segundo sistema es el "pensamiento de cenizas", que es cuando una mujer se aferra al pasado y no puede avanzar. El tercer sistema es el "pensamiento de mono", que es cuando una mujer se compara con los demás y trata de imitarlos en lugar de seguir su propio camino. El último sistema es el "pensamiento de pedir", que es cuando una mujer siempre quiere más y más, sin estar satisfecha. La oradora enfatiza la importancia de satisfacer las necesidades físicas y emocionales para tener una vida equilibrada y feliz como soltera. También enfatiza la importancia de tener un sistema de apoyo y seguridad establecido para sentirse segura.
En este fragmento, la autora habla sobre la importancia de cuidar y edificar el yo como mujer soltera y cristiana. Identifica las áreas de seguridad, amor y pertenencia, autoestima y competencia, y apariencia física. Destaca la necesidad de establecer sistemas de seguridad, tener relaciones y compañerismo, y cuidar lo que vemos, escuchamos, tocamos y besamos. También hace hincapié en la importancia de edificar la confianza en uno mismo, estudiar y prepararse para desarrollar habilidades, establecer metas y cuidar la apariencia física.
La predicadora habla sobre la importancia de edificar el yo en las áreas emocionales, mentales, físicas y espirituales. Se enfatiza que la autoestima y la autoconfianza son cruciales para las mujeres solteras y cristianas. También se insta a las mujeres a cuidar su apariencia física y a trabajar en su autoactualización para alcanzar su potencial en Cristo. Se enfatiza que en Cristo Jesús, las mujeres son completas y que nadie ni nada puede completarlas. El pacto del zapato se menciona como un compromiso para edificar el yo y para bendecir a las demás mujeres.
El discurso anima a las mujeres a edificar su propio yo, a cuidarse y a ser completas en Cristo, sin depender de otras personas o cosas para sentirse completas. Se les anima a hacer un pacto con Dios y a ser la mejor versión de sí mismas.
En este discurso, la oradora habla sobre los sistemas de pensamiento que pueden limitar a las mujeres solteras en su vida. El primer sistema se llama "pensamiento de arca", que es cuando una mujer espera que su esposo perfecto llegue a su vida sin hacer nada al respecto. El segundo sistema es el "pensamiento de cenizas", que es cuando una mujer se aferra al pasado y no puede avanzar. El tercer sistema es el "pensamiento de mono", que es cuando una mujer se compara con los demás y trata de imitarlos en lugar de seguir su propio camino. El último sistema es el "pensamiento de pedir", que es cuando una mujer siempre quiere más y más, sin estar satisfecha. La oradora enfatiza la importancia de satisfacer las necesidades físicas y emocionales para tener una vida equilibrada y feliz como soltera. También enfatiza la importancia de tener un sistema de apoyo y seguridad establecido para sentirse segura.
En este fragmento, la autora habla sobre la importancia de cuidar y edificar el yo como mujer soltera y cristiana. Identifica las áreas de seguridad, amor y pertenencia, autoestima y competencia, y apariencia física. Destaca la necesidad de establecer sistemas de seguridad, tener relaciones y compañerismo, y cuidar lo que vemos, escuchamos, tocamos y besamos. También hace hincapié en la importancia de edificar la confianza en uno mismo, estudiar y prepararse para desarrollar habilidades, establecer metas y cuidar la apariencia física.
La predicadora habla sobre la importancia de edificar el yo en las áreas emocionales, mentales, físicas y espirituales. Se enfatiza que la autoestima y la autoconfianza son cruciales para las mujeres solteras y cristianas. También se insta a las mujeres a cuidar su apariencia física y a trabajar en su autoactualización para alcanzar su potencial en Cristo. Se enfatiza que en Cristo Jesús, las mujeres son completas y que nadie ni nada puede completarlas. El pacto del zapato se menciona como un compromiso para edificar el yo y para bendecir a las demás mujeres.
El discurso anima a las mujeres a edificar su propio yo, a cuidarse y a ser completas en Cristo, sin depender de otras personas o cosas para sentirse completas. Se les anima a hacer un pacto con Dios y a ser la mejor versión de sí mismas.
El tema para el día de hoy es, “Antes que haya un nosotros, hay un yo.” Y aún si ya eres un nosotros, todavía eres un yo. Y a veces nos enfocamos y nos preocupamos tan todo por el nosotros, nosotros, nosotros, que nos olvidamos del yo, yo, yo. Hoy aunque estés soltera, comprometida o ya casada, o lo que sea, es la voluntad de Dios que salgamos de este lugar determinadas que vamos a cuidar de nosotras mismas, porque si no lo hacemos nadie más lo va a hacer, no tus amistades, no tu esposo, no tus hijos, no tu vecina, no tu supervisor en el trabajo, tienes que ser tu misma cuidando del yo.
Antes de que se siente, dile a dos o tres, “Hoy voy a cuidar de mí. Hoy se trata todo de mí. Cuando me vaya de aquí hoy, estoy determinada de cuidar del yo. De este punto en adelante, se trata de mí, mí, porque esto es lo que Dios quiere que yo haga.” Amen.
Antes de que se siente, dile a dos o tres, “Hoy voy a cuidar de mí. Hoy se trata todo de mí. Cuando me vaya de aquí hoy, estoy determinada de cuidar del yo. De este punto en adelante, se trata de mí, mí, porque esto es lo que Dios quiere que yo haga.” Amen.
