Nueva Biblia Latinoamericana
Aún no había ningún arbusto del campo en la tierra, ni había aún brotado ninguna planta del campo, porque el SEÑOR Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre para labrar la tierra. (Génesis 2:5)
Pero se levantaba de la tierra un vapor que regaba toda la superficie del suelo. (Génesis 2:6)
Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. (Génesis 2:7)
Y el SEÑOR Dios plantó un huerto hacia el oriente, en Edén, y puso allí al hombre que había formado.
El SEÑOR Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer. Asimismo, en medio del huerto, hizo brotar el árbol de la vida y el árbol del conocimiento (de la ciencia) del bien y del mal. (Génesis 2:9)
Del Edén salía un río para regar el huerto, y de allí se dividía y se convertía en otros cuatro ríos. (Génesis 2:10)
El nombre del primero es Pisón. Este es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro. (Génesis 2:11)

Otras publicaciones relacionadas con "Génesis 2:8":

Dr. Roberto Miranda
Buena semilla, pero mala tierra
El Capítulo 13 de Números relata la historia de los hebreos que se preparan para entrar en la Tierra Prometida, pero la primera generación de hebreos no pudo entrar debido a su incredulidad y falta de fe. Solo Caleb y Josué, quienes le creyeron a Dios, alcanzaron la bendición. Este artículo nos exhorta a convertirnos en tierra fértil para recibir las semillas de bendición que Dios quiere plantar en nosotros.


Awilda Gonzalez
Toma de la fuente - parte 2
Predicación sobre la importancia de tomar de la fuente de Dios para florecer en todas las áreas de la vida y ser productivos en su obra. Se enfatiza la necesidad de ser intencionales y determinados en el proceso de siembra y crecimiento espiritual, y se destaca la importancia de la espera y la confianza en Dios para ver los frutos de nuestra labor.


Génesis 2:8 - Referencia Cruzada

Y alzó Lot los ojos y vio todo el valle del Jordán, el cual estaba bien regado por todas partes (esto fue antes de que el SEÑOR destruyera a Sodoma y Gomorra) como el huerto del SEÑOR, como la tierra de Egipto rumbo a Zoar. (Génesis 13:10)
Al estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando lo hice descender al Seol con los que descienden a la fosa. Entonces todos los árboles bien regados del Edén, los escogidos y los mejores del Líbano, se consolaron en las profundidades de la tierra. (Ezequiel 31:16)
Delante de él consume el fuego, Y detrás de él abrasa la llama. Como el huerto del Edén es la tierra delante de él; Y detrás de él, un desierto desolado, Y de él nada escapa. (Joel 2:3)
¿A quién, pues, eres semejante en gloria y grandeza entre los árboles del Edén? Sin embargo, serás derribado con los árboles del Edén a las profundidades de la tierra. Yacerás en medio de los incircuncisos, con los que fueron muertos a espada. Así es Faraón y toda su multitud'" declara el Señor DIOS. (Ezequiel 31:18)
Los cedros no lo igualaban en el huerto de Dios; Los cipreses no se podían comparar con su ramaje, Y los plátanos no igualaban sus ramas. Ningún árbol en el huerto de Dios podía compararse a él en su hermosura. (Ezequiel 31:8)
Expulsó, pues, al hombre; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba en todas direcciones para guardar el camino del árbol de la vida. (Génesis 3:24)
¿Acaso los libraron los dioses de las naciones que mis padres destruyeron, es decir, Gozán, Harán, Resef y a los hijos de Edén que estaban en Telasar? (2 Reyes 19:12)
Ciertamente el SEÑOR consolará a Sion, Consolará todos sus lugares desolados. Convertirá su desierto en Edén, Y sus lugares desolados en huerto del SEÑOR. Gozo y alegría se encontrarán en ella, Acciones de gracias y voces de alabanza. (Isaías 51:3)
Harán, Cane, Edén, los comerciantes de Sabá, de Asiria y de Quilmad comerciaban contigo. (Ezequiel 27:23)
Y salió Caín de la presencia del SEÑOR, y se estableció (habitó) en la tierra de Nod, al oriente del Edén. (Génesis 4:16)
En el Edén estabas, en el huerto de Dios; Toda piedra preciosa era tu vestidura: El rubí, el topacio y el diamante, El berilo, el ónice y el jaspe, El zafiro, la turquesa y la esmeralda; Y el oro, la hechura de tus engastes y de tus encajes, Estaba en ti. El día que fuiste creado Fueron preparados. (Ezequiel 28:13)