Una Cita con Cristo : Proverbios 3 (Parte 5)
Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
En esta ocasión continuamos con nuestro estudio de este maravilloso pasaje de Proverbios Capítulo 3. Hemos hablado acerca del llamado de Dios a atesorar la Biblia, la palabra del Señor, a no olvidar la ley de Dios y a guardar sus enseñanzas en nuestro corazón. Hemos hablado acerca de los beneficios de largura de días y años de vida y de paz que se nos aumentan cuando basamos nuestra vida y nuestro comportamiento en la palabra del Señor. Hemos hablado también acerca de ese llamado de la escritura a no dejar que se aparten de nosotros la misericordia y la verdad. Hemos dicho que una persona que ama la palabra de Dios es una persona de misericordia y una persona que guía su vida por los principios de la verdad de la palabra de Dios. Hemos hablado acerca de que cuando vivimos una vida de misericordia y de verdad entonces Dios nos da gracia y buena opinión, en otras palabras, adquirimos buena reputación para con Dios y para con los hombres.
De hecho cuando volví a meditar en ese pasaje recordé lo que dice la Biblia de que el Señor Jesucristo crecía en gracia ante los ojos de Dios y de los hombres. Sabes tu que cuando tu vives una vida justa y una vida de misericordia, no solamente adquieres tu simpatía y buena reputación para con los hombres sino que también acumulas puntos, por así decirlo, para con Dios. Dios mira desde su trono y siente una especial satisfacción por aquellos de sus hijos que viven una vida conforme a su palabra. Y qué bueno es tener buena reputación ante los ojos de Dios. Qué bueno es nosotros poder acercarnos al trono de Dios y saber que lo hacemos con una conciencia completamente tranquila porque amamos a Dios, porque amamos su palabra, porque tenemos comunión con El, y no es que vayamos a ser salvos por las obras, no se trata de eso, sino que Dios tiene una especial consideración para con sus hijos que hacen su palabra y lo obedecen. Y cuando oramos y pedimos cosas delante de Dios tenemos mucha más autoridad si lo hacemos en el nombre de Jesús, que aquellos que solo tienen su vida y su comportamiento personal como las cosas que lo recomienden. Cuando uno usa de la misericordia de Dios, basada en la palabra del Señor entonces la gracia de Dios no deja de fluir sobre nuestras vidas.