II Crónicas 29 (Parte 2)
Dr. Roberto Miranda
(Audio: Español)
RESUMEN: El autor continúa su serie de estudios sobre las leyes y principios que rigen la prosperidad y la bendición en la vida. Él enfatiza que Dios quiere bendecir a su pueblo y que la vida próspera no se limita a la riqueza material, sino que se refiere a un estado de plenitud y bienestar total en todas las áreas de la vida. El autor también habla sobre la importancia de cambiar nuestro programa mental para esperar la bendición de Dios y no conformarnos con lo mínimo de la vida. Él comparte la historia del rey Ezequías como un ejemplo de alguien que vivió una vida próspera y bendecida, y dice que debemos buscar entender los secretos y principios que lo llevaron al éxito.
En este mensaje, el pastor habla sobre cómo Dios quiere prosperar a sus hijos y cómo muchos cristianos todavía están atrapados en patrones negativos debido a la falta de instrucción en la iglesia. El pastor aconseja a los creyentes que comiencen a leer la Palabra de Dios y a aislar las promesas de bendición. También anima a los creyentes a confesar cosas positivas y a visualizar cosas positivas en Cristo Jesús. El pastor enfatiza que la responsabilidad es de Dios y que los creyentes deben caminar en fe y creer que Dios quiere bendecirlos. Finalmente, el pastor dice que Dios quiere prosperar a sus hijos y que todo lo que pise la planta de sus pies será suyo.
Dios tiene pensamientos de bien para nosotros y nos ha llamado al ministerio para prosperar. Debemos creer en su llamado y emprender cosas grandes en su nombre. Dios estará con nosotros siempre y nos prosperará en todo lo que emprendamos en su nombre. Debemos tener una mente renovada y vivir vidas agresivas en Cristo Jesús, con la expectativa de que Dios tiene grandes cosas para nosotros. Debemos tener convicción en su bendición y adorar su nombre.
En este mensaje, el pastor habla sobre cómo Dios quiere prosperar a sus hijos y cómo muchos cristianos todavía están atrapados en patrones negativos debido a la falta de instrucción en la iglesia. El pastor aconseja a los creyentes que comiencen a leer la Palabra de Dios y a aislar las promesas de bendición. También anima a los creyentes a confesar cosas positivas y a visualizar cosas positivas en Cristo Jesús. El pastor enfatiza que la responsabilidad es de Dios y que los creyentes deben caminar en fe y creer que Dios quiere bendecirlos. Finalmente, el pastor dice que Dios quiere prosperar a sus hijos y que todo lo que pise la planta de sus pies será suyo.
Dios tiene pensamientos de bien para nosotros y nos ha llamado al ministerio para prosperar. Debemos creer en su llamado y emprender cosas grandes en su nombre. Dios estará con nosotros siempre y nos prosperará en todo lo que emprendamos en su nombre. Debemos tener una mente renovada y vivir vidas agresivas en Cristo Jesús, con la expectativa de que Dios tiene grandes cosas para nosotros. Debemos tener convicción en su bendición y adorar su nombre.
Dice, Segunda de Crónica, 29 y retomamos el pasaje que iniciamos hace dos semanas: “... comenzó a reinar Ezequías siendo de 25 años y reinó 29 años en Jerusalén.
El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías, e hizo lo recto ante los ojos de Jehová, ahí está la clave, conforme a todas las cosas que había hecho David, su padre. En el primer año de su reinado, en el mes primero abrió las puertas de la casa de Jehová y las reparó, e hizo venir a los sacerdotes y levitas y los reunió en la plaza oriental, y les dijo: “Oídme levitas, santificaos ahora y santificad la casa de Jehová, el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario la inmundicia, porque nuestros padres se han rebelado y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová, nuestro Dios.” Vamos al versículo 10, dice: “... ahora pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová, el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira. Hijos míos no os engañéis ahora, porque Jehová os ha escogido a vosotros para que estéis delante de El y le sirváis, y seáis sus ministros, y le queméis incienso”. Bendiga el Señor su santa palabra.
El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías, e hizo lo recto ante los ojos de Jehová, ahí está la clave, conforme a todas las cosas que había hecho David, su padre. En el primer año de su reinado, en el mes primero abrió las puertas de la casa de Jehová y las reparó, e hizo venir a los sacerdotes y levitas y los reunió en la plaza oriental, y les dijo: “Oídme levitas, santificaos ahora y santificad la casa de Jehová, el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario la inmundicia, porque nuestros padres se han rebelado y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová, nuestro Dios.” Vamos al versículo 10, dice: “... ahora pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová, el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira. Hijos míos no os engañéis ahora, porque Jehová os ha escogido a vosotros para que estéis delante de El y le sirváis, y seáis sus ministros, y le queméis incienso”. Bendiga el Señor su santa palabra.
